Menorca cuenta con un patrimonio prehistórico de primer orden, hasta el punto de que a menudo se ha dicho que es un museo arqueológico al aire libre. De la cultura pretalayótica hay que mencionar las cuevas tipo hipogeo, los sepulcros megalíticos (ses Roques Llises) y los pequeños poblados de navetas de habitación (Son Marcer de Baix, Clariana). De esta época son también diversos yacimientos encontrados en condiciones excepcionales en cuevas y abrigos naturales (cuevas des Pas, des Mussol y des Càrritx).

Uno de los monumentos prehistóricos más importantes es la naveta de enterramiento, un osario colectivo de la edad del Bronce (1400-700 aC). Se conservan muchas de ellas, pero la mejor conservada es la Naveta des Tudons. Las navetas de enterramiento son un monumento exclusivo de Menorca, como también lo son las taulas. Se trata de dos grandes piedras, una vertical que soporta a otra de horizontal, formando el conjunto una T gigante. Las taulas ocupan el centro de un recinto sagrado, de planta absidal, que posiblemente estaba descubierto. Los recintos de taula se encuentran en los poblados talayóticos -algunos de grandes dimensiones- que presentan una variada tipología de monumentos: talayots, murallas, viviendas, salas hipóstilas y otras instalaciones de uso comunitario. Los poblados más espectaculares son: Son Catlar y Torre Vella d'en Loçano (Ciutadella); Sant Agustí Vell (es Migjorn); Torralba d'en Salord y Torre d'en Galmés (Alaior); Trepucó y Talatí de Dalt (Maó). De la época talayótica son también las grandes necrópolis rupestres formadas por cuevas artificiales, como la de Cala Morell (Ciutadella) y Calascoves (Alaior), esta última con casi un centenar de cuevas.

 

El yacimiento más importante de época romana es el de Sanitja, en curso de excavación. De momento han salido a la luz los restos de un campamento militar de época republicana y algunas zonas de la población. De la época romana tardía, vándala y bizantina son los diversos yacimientos paleocristianos. Destaca la basílica de Son Bou (Alaior), la des Molinet des Cap des Port (es Mercadal) y las de la isla del Rei y Torelló (Maó); estas últimas tenían un pavimento de mosaico que la de Torelló conserva aún in situ.

 


La época islámica ha dejado pocos restos monumentales. El más importante es el castillo de Santa Àgueda (Ferreries), una fortaleza de grandes dimensiones situada sobre una colina y construida para el refugio de la población campesina de los alrededores. Se accede a ella por un camino que en parte está empedrado. Se puede ver parte de los tres recintos del castillo, si bien los muros y las torres están en mal estado debido al abandono y a los derribos de siglos.

El gótico se introdujo tras la conquista cristiana del siglo XIII. El edificio más importante es la catedral, inicialmente parroquia de Santa Maria de Ciutadella. Es una iglesia de grandes dimensiones, de nave única, ábside heptagonal y bóvedas de crucería ojival, construida en el siglo XIV con diversos añadidos posteriores. La fachada principal, por ejemplo, es neoclásica de principios del siglo XIX. El otro edificio gótico medieval, más tardío (finales del siglo XV), es la nave de la ermita de la Mare de Déu de Gràcia de Maó; en cambio, el camarín de la Virgen es una de las obras más interesantes del barroco menorquín. Los saqueos turcos de Maó y de Ciutadella durante el siglo XVI destruyeron buena parte del arte medieval. Por ello muchas iglesias y conventos tuvieron que ser reconstruidos a finales del siglo XVI, como la de Sant Francesc de Ciutadella, que sigue aún las pautas góticas en la nave. En cambio, la capilla de la Comunión de la Catedral (finales del siglo XVI) es el primer ejemplo de arquitectura renacentista de Menorca.

 

Los siglos XVII y XVIII son de gran actividad constructiva. En Ciutadella se construyó la iglesia y el convento del Socors (de estilo renacentista) y las iglesias del Sant Crist y del Roser, estas últimas ya de concepción barroca. También es barroca la capilla de las Ànimes de la Catedral. En Alaior hay que destacar la parroquia de Santa Eulàlia, y en Maó y es Mercadal el santuario de la Mare de Déu del Toro y la parroquia de Santa Maria, así como los conventos de Sant Francesc y del Carme. Algunas de estas iglesias presentan un estilo ecléctico, en el que sobreviven elementos estructurales góticos (sobre todo en la planta y la cubierta) con otros de barrocos y clasicistas. La mayor parte de los cuadros, esculturas y retablos de estas y otras iglesias de la isla fueron destruidos durante los primeros meses de la Guerra Civil.

El patrimonio militar menorquín es muy importante, por haber sido la isla un enclave estratégico. De la época medieval es el portal de Sant Roc, de las murallas de Maó. De las murallas de Ciutadella, construidas en el siglo XVII y superpuestas a las medievales, son los bastiones del Governador y de la Font, este último sede del Museo Municipal. En la costa podemos ver diversas torres de vigilancia del siglo XVII, como la de Artrutx (Ciutadella), y otras de defensa construidas a finales del siglo XVIII, tanto por los españoles como por los ingleses (es Castellar de sa Caleta en Ciutadella; Sanitja, Fornells e isla de les Sargantanes, también en Fornells; torreta de Tramuntana, sa Mesquida y torre d'en Penjat en Maó, entre otras). Algunas de estas torres son visitables. También se pueden ver los restos de dos fortalezas, el castillo de Sant Antoni de Fornells y el castillo de Sant Felip (es Castell). Este último fue construido en tiempos de Felipe II y muy ampliado por los británicos en el siglo XVIII, que lo convirtieron en una de las fortalezas más importantes del Mediterráneo. Los españoles lo derribaron en el año 1782, pero aún hoy impresionan sus restos, y sobre todo las galerías subterráneas. Al otro lado de la boca del puerto se levanta la gran fortaleza de Isabel II, conocida popularmente como la Mola, construida durante la segunda mitad del siglo XIX. Es una de las obras de fortificación más importantes en España de esta época, en un excelente estado de conservación.

 

Laarquitectura civil de los siglos XVII, XVIII y principios del XIX tiene las casas señoriales de Ciutadella y de Maó como elementos más notables. Son casales que presentan diversas influencias (mallorquina, italiana, inglesa). En Ciutadella hay que destacar las casas de las familias nobles como can Squella, ca n'Olivar, Can Saura, cas Baró de Lluriac, cas Comte de Torresaura, can Salort (antes Martorell), cas Duc, etc. Son casas que presentan grandes fachadas, algunas realmente teatrales (cas Comte), con una entrada y escalera de honor que hacen las veces de distribuidor de las estancias nobles superiores. También presenta un notable interés el palacio episcopal. En Maó las casas de la burguesía enriquecida -y en ocasiones, ennoblecida- durante el siglo XVIII son menos aparatosas, pero presentan un gran interés, sobre todo en los interiores. Es el caso, por ejemplo, de ca n'Oliver (con interesantísimas pinturas), la casa Soler, la casa Febrer, etc. Además de las casas señoriales, hay que mencionar los ayuntamientos de Alaior (siglo XVII) y de Maó (siglo XVIII).

 

 

Los pueblos de Sant Lluís y es Castell son dos muestras del urbanismo ilustrado del siglo XVIII. Sant Lluís fue planificado por los franceses durante su ocupación de Menorca (1756-1763), y dedicaren su iglesia a Sant Lluís, rey de Francia. Por lo que se refiere a es Castell, fue construido a partir de 1770 para reemplazar el anterior arrabal del castillo de Sant Felip. Fue concebido a partir de la plaza de armas (l'Esplanada), rodeada de cuarteles.

Menorca cuenta con dos antiguas instalaciones sanitarias de gran interés, ambas en el puerto de Maó: el antiguo hospital naval británico de la isla del Rei (siglo XVIII), en proceso de restauración, y el Llatzeret (finales del siglo XVIII-principios del XIX). El Llatzeret se encuentra en buen estado de conservación y, aunque sólo se construyó la mitad de lo que estaba proyectado, es uno de los lazaretos de la Ilustración más importantes del sur de Europa.

A pesar de la importancia que el proceso de industrialización tuvo en Menorca, se conservan muy pocos ejemplos de antiguos edificios industriales. Hay que destacar el antiguo edificio de la Eléctrica Mahonesa, la central eléctrica más antigua de las Balears, construida en Maó el 1892. También en Maó se encuentra el edificio, hoy en desuso, de una de las empresas más importantes de la primera mitad del siglo XX, la fábrica Codina. Y en es Mercadal se puede visitar la antigua harinera de s'Arangí (1904).

La arquitectura del siglo XX ha dejado pocos ejemplos de interés. Hay que destacar, sin embargo, la obra del arquitecto maonés Francesc Femenias, que combina elementos modernistas con otros más clásicos (Can Mir, Casa del Poble, pescadería de Maó, edificio de Correos de Maó, etc.). En Ciutadella la fachada del Ayuntamiento, del primer cuarto del siglo XX, es de estilo historicista.